The Concrete Company

Cowboys y westerns, leñadores, trabajadores de la minería y del ferrocarril son los culpables de que a día de hoy, casi todos y a diario llevemos la prenda más popular y resistente: los vaqueros. Esta sencilla y duradera pieza masculina inspiró a las masas que viajaban del este al oeste de Estados Unidos a imitar la estética del estilo de vida de la clase trabajadora norteamericana. Desde entonces se ha quedado en nuestros armarios pasando desde la moda de los mods, punks y hippies, hasta las celebrities y la alta costura. ¿Hay alguien que no haya llevado unos vaqueros en su vida? Y si se emplea esa tela para elaborar unos pantalones, ¿por qué no para usarla en otras prendas? Fernando García de la Calera se percató de que en el mercado se echaba en falta una sastrería bespoke que elaborara prendas desde cero y a medida usando los tejidos utilizados para jeans. Fue entonces cuando aparcó su trabajo como diseñador de ropa y tablas de skate para poner en marcha The Concrete Company, una sastrería denim única situada en Malasaña, justo al lado del taller donde trabaja su equipo, entre los que se encuentra Hugo, el maestro con el que Fernando apreció el arte de la sastrería. Viendo a Fernando no pasa desapercibida su inspiradora y cuidada estética, basada casi en un cien por cien en la cultura denim; incluso el pequeño perro que ronda por su tienda (Angus) lleva una chaqueta vaquera hecha por él que le sienta a la perfección. Desde vaqueros y camisas hasta americanas y abrigos, lo que el cliente quiera puede llevarse a cabo con sus telas de importación llegadas de Japón, Estados Unidos e Italia, y rematadas con otros materiales artesanos de la India, hilos alemanes o cuero español. Lo suyo es producción artesanal y personalizada. Sigue leyendo en Madrid Diferente…

Sticker

Sticker es moderno, divertido y atrevido. El nuevo restaurante del barrio de Las Letras, con su diseño puntero y algo punk, parece reservado a las pandas de amigos de buen comer y mejor vivir, dados a alargar los aperitivos de cañas y tapeo hasta los gintonic de altas horas. Pero Sticker, como los grandes artistas, ahonda sus raíces en los clásicos de la gastronomía para ofrecer una propuesta innovadora. La obsesión de Emilio Salas, chef y motor de este espacio, junto con su socio Ismael Rodríguez es reinventar la cocina tradicional y servirla, además, en formato tapa y a buenos precios. Sigue leyendo… Publicado en Madrid Diferente

The Place

Este pequeño restaurante para ‘sibaritas de presupuestos ajustados’ está ubicado en el 16 de la calle Noviciado, y es perfecto para pasarse a cualquier hora del día. Con una carta sin pretensiones, a base de platos con pocos ingredientes pero de calidad, The Place es el sitio donde todo sabe bien. Al menos, eso intentan. Publicado en Madrid Diferente